viernes, 18 de julio de 2008

por el poder de Greiskull.

Estaba segura, pero tan segura, que si calentabas comida en un plato de metal en el microondas y lo dejabas aunque sea 1 minuto, las ondas magnéticas que se le insertaban te convertirían en Superhéroe; que no tuve mejor idea que meter un tupper de "aparentemente" plástico y esperar a que el relojito me haga Piii.
Una vez logrado, lo saqué. Lo miré. Lo Revolví. Y lo probé.
No paso nada. No estaba ni más rico, ni más feo. Tampoco vuelo, ni me hago invisible, ni me puedo colgar de los techos con pegatinas.

Una teoría más, de esas que puedo considerar como "puro invento".